27 de juny 2007

A Mèxic: un casament

Un dels moments de la biografia carneriana de què tenim menys informació concreta (potser després de l'etapa libanesa) és el del seu primer exili a Mèxic, coincidint amb l'esclat de la segona Guerra Mundial: Julià Guillamon escriu al catàleg Literaturas del exilio-México (a punt d'aparèixer coincidint amb la itinerància al DF de l'exposició que va comissariar), unes pàgines abans de reproduir-hi una foto inèdita de Carner i la seva esposa asseguts a taula vestits de gala, el 1945, al casament de Teresa Armendares i Eduardo Lozano...









«En el Orfeó Català, el día de Sant Jordi, encuentro un ejemplar de Lligam, de Josep Carner, editado en Bélgica y dedicado al doctor Salvador Armendares. El mismo día conozco a sus hijas: Teresa Armendares y su hermana Mercè, que viene acompañada por su marido, Josep Maria Francès Camps. Carner llegó a México en la primavera de 1939 y se quedó hasta finales de 1946. Fue miembro del Consell Nacional de Catalunya y profesor del Colegio de México. Salvador Armendares llegó en el Sinaia en junio de 1939. En los primeros meses recibió el encargo del Comité Técnico de Ayuda a los Refugiados Españoles (CTARE) de organizar la convalidación de títulos universitarios. Fue presidente de la Comunitat Catalana de Mèxic hasta su muerte en 1964. Antes de la guerra, Josep Maria Francès Ladrón de Cegama, dirigía la página literaria de La humanitat, autor de la novela utópica Retorn al sol (1918). En el exilio escribió un libro autobiográfico, Memorias de un cero a la izquierda. Cincuenta años de la vida de una ciudad y de cuatro continentes a través de los recuerdos de un hombre perfectamente gris. Lo proyectó en 1929: una gran saga, en varios volúmenes, a la manera de los Rougon-Macquart. Publicado en México en 1962, se abre con la descripción de la vida en Barcelona a finales del siglo XIX y termina con la estancia en Toulouse y con los preparativos del viaje del Nyassa. Yo había leído esta última parte que me causó una tremenda impresión. Josep Maria Francès arremetía contra sus amigos escritores, contra los dirigentes del SERE, contra el administrador del refugio de Toulouse, Camille Soula, que se resistía a reconocerle como periodista. "Si no supe luchar contra ellos, tan conocidos, ¿cómo triunfaré en mi lucha con lo Desconocido?"
     »Teresa y Mercè Armendares son hijas del doctor Salvador Armendares, Diputado del Parlamento de Cataluña y responsable de sanidad del Sinaia. Teresa Armendares me recibe en su casa de la calle Presa don Martín, frente al Parque Arturo Mundet. Su esposo, Eduardo Lozano, trabajó treinta años como ingeniero en Petróleos Mexicanos. Su padre, Joaquín Lozano, era hijo del delegado del gobierno de la República en Barcelona. Teresa y Eduardo se conocieron en México, en el Instituto Luis Vives, y se casaron en 1945. En las fotografías de la boda aparecen los doctores Puche, Pla i Armengol, Espinasa, Parés; el poeta Josep Carner y Émile Noulet, a punto de marcharse a Bélgica; el constructor Enrique Aburto Palacios, que urbanizó Polanco; el delantero Julio Munllock que en 1937 se quedó en México después de una gira del F.C. Barcelona, y que en los años cuarenta fue una de las figuras del Club de Futbol Atlante, uno de los fundadores de la liga profesional mexicana.»